Del Comité del Personal 2015-2016

(202) 370-4645

18 de abril de 2016

SN-58/15-16

 

Carta abierta a los Estados miembros

 

Los funcionarios de la Secretaría General estamos convencidos de que la OEA desempeña un papel fundamental en la región en la promoción de los ideales consagrados en la Carta de la OEA y el trabajo en pos de la paz y la seguridad, el fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos, la solución pacífica de controversias, la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos, así como el desarrollo económico, social y cultural del Hemisferio. Los funcionarios también somos testigos de los efectos negativos para la Organización, del actual proceso político de adopción de decisiones presupuestarias.

 

Desde el año 1995 hemos observado la reducción de los ingresos reales de la Secretaría debido al lento y esquivo aumento de cuotas que, desde esa fecha, los Estados miembros aprobaron. Entre 1995 y 2015, se aprobaron aumentos de aproximadamente un 10,5% en las cuotas, las cuales constituyen  el principal sustento financiero de la Organización. En comparación, durante el mismo período los aumentos por inflación que la Secretaría debe sufragar alcanzaron un 56%. Esta diferencia ha tenido efectos negativos tanto para la dotación de personal como para los servicios básicos e indispensables de la Organización.

 

Sumado a la reducción del ingreso real por concepto de cuotas, la Secretaría General se ve forzada a hacer frente a las demoras en el pago de las cuotas anuales. Al día de hoy, los Estados miembros adeudan aproximadamente US$ 20 millones por concepto de cuotas atrasadas al 31 de diciembre de 2015, y quedan pendientes de pago US$ 52,8 millones correspondientes al presupuesto 2016. Desde 1995 hasta la fecha, en múltiples ocasiones, la Secretaría General debió superar serias dificultades relacionadas con el pago de servicios básicos debido a la falta de liquidez (flujo de caja).

 

Esta circunstancia, sumada a la ausencia de un mecanismo mediante el cual los Estados miembros ajusten sus cuotas de acuerdo con los índices inflacionarios, se traduce en una continua y sistemática reducción de la planta laboral, que pasó de aproximadamente 750 funcionarios en 1995, a tan solo 530 en 2016, lo que representa una reducción del 30%. Desde el punto de vista del tipo de fondos utilizados para financiar el personal (Fondo Regular, Fondos Específicos o Recuperación de Costos Indirectos), en 1995 el Fondo Regular financiaba a 709 funcionarios, mientras que en 2016 solo financia 389. Este cambio representa una reducción del 45% en la cantidad de puestos financiados por el Fondo Regular.

 

Cabe señalar también que, desde 1995, los Estados miembros autorizaron en diversas oportunidades el uso del Sub-fondo de Reserva para superar problemas de liquidez. En 2011 este Sub-fondo quedó en cero. Ante esta situación,  los Estados miembros aprobaron préstamos internos que fueron destinados a cubrir el déficit operacional de la Secretaría. Al día de la fecha, estos préstamos ascienden a casi US$ 16 millones.

 

En noviembre de 2015, el proceso político de adopción de decisiones en materia presupuestaria llevó a los Estados miembros a aprobar el Programa-Presupuesto 2016 que contempla un techo presupuestario de US$ 84,3 millones e incluye una nueva estructura para la Secretaría. Asimismo, en enero de 2016 los Estados miembros aprobaron un presupuesto de US$ 864.000 para financiar cargos de confianza adicionales al porcentaje máximo del 4% que autorizan las Normas Generales. En marzo de 2016, los Estados miembros instruyeron a la Secretaría General que reduzca en US$ 2 millones el presupuesto aprobado para 2016 y que prepare un presupuesto de US$ 72 millones para 2017. Dicha medida representa una reducción de US$ 12 millones con respecto al presupuesto 2015.

 

Visto que gran parte del presupuesto del Fondo Regular se utiliza para cubrir costos de personal, la medida que los Estados miembros adoptaron podría resultar en la eliminación del equivalente a aproximadamente 100 puestos. El Secretario General se enfrenta con un panorama desolador en el que, en un plazo de tres meses, deberá reducir el presupuesto de la Organización en varios millones, eliminar programas y despedir a funcionarios a menos que los Estados miembros, que son los verdaderos dueños de la Organización, cumplan con los pactos con los que se comprometieron soberanamente.

 

Los funcionarios entendemos que la Secretaría General atraviesa una compleja situación financiera. Sin embargo, estamos convencidos de que los Estados miembros reconocen el valor que tiene nuestra Organización para los habitantes de las Américas. Esperamos que este reconocimiento se traduzca en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales para con la OEA, a fin de que ésta pueda seguir beneficiando a los habitantes de las Américas con su trabajo. Estamos orgullosos de poner nuestra fuerza de trabajo al servicio de la Secretaría General, y esperamos poder seguir trabajando junto al Secretario General en pos de un Hemisferio con “más derechos para más personas”.

 

 

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